20080207
Hans Baller – Parte II
Para el pequeño y selecto grupo que supo como empezó…aquí va como termino:
“Entonces se abalanzo sobre mi, yo sin saber que hacer o como hacerlo cubro mi cabeza y me agacho sin saber que la mesa que estaba detrás de mi seria mi escudo, con la posterior aturdida de Hans aprovecho y corro hacia el pozo de mi padre el cual tenia un auto sobre el, sin darme cuenta de que Hans ya se había repuesto, solo mirando sus peludos pies, comienza su búsqueda, yo en lo particular no lograba unir ninguna idea, solo el terror y miedo se apoderaba de mi vertiginosamente, no caía en mi cabeza que nadie se hubiera levantado aun, el cielo violeta solo daba cuenta del escalofriante sonido de los pasos de Hans al rededor del pozo, yo solo sigo sus pasos … el huele mi miedo, de pronto desaparecen sus pies, sobre el pozo yacía el auto, no logro escuchar nada solo la posible arremetida de Hans, agachándome y esperando lo peor espero que de alguna forma Hans me sorprenda, sin suponer nada espero, espero y espero, de pronto cae un espejo retrovisor por el lado derecho, reparo en el y en la fracción de segundo siguiente Hans a través de un hoyo que había hecho en el auto cae frente a mi con esos ojos amarillos y desfigurado rostro, note en sus ojos el -“¡¡¡Huye!!!”- pero se que el noto en los míos -“Te ayudare”- y con un ademán de boxeador golpea todo mi regazo consiguiendo mi despacho del pozo y un terrible dolor que de pronto me hizo recordar la escalofriante caída del muro unos años atrás, casi sin respiración reparo que Hans venia en una nueva arremetida, yo sin saber de donde saque fuerzas de flaqueza para seguir en pie me levanto, tomo un desatornillador y lo incrusto en parte de su brazo, obteniendo solo unos segundos para seguir escapando, poniendo todo lo que pudiese en su camino logro llegar al frontis de mi casa sin ver nada de movimiento aun en el interior de ella, el arco iris blanco y negro del cielo no me hacia deducir nada favorable, me doy cuenta de que Hans a través de un asombroso salto ya se volvía a poner en posición de ataque y yo en la de defensa sin saber que hacer y sin poder salir de mi casa, pues la puerta estaba cerrada, entonces en una milésima de nanosegundo me doy cuenta de la verdad, -“La luna amarilla es la que le da vida, como a las maquinas el sol”-, entonces sin saber como, corro hacia él y él corre hacia mi, sin saber todavía como actuar Hans salta hacia mi yo deteniéndome en tierra sin saber aun que hacer, con sus garras toma mis hombros y los azota contra el suelo dislocándome la clavícula, recordé ese joven futbolista que se la quebró y también a mi tía que se la desguinzó, pero nada se podría si quiera asimilar a aquel dolor, sin saber todavía de donde saque el valor retiro el desatornillador del brazo y con un dolor increíble lo deposito en su ojo derecho, Hans me suelta y comienza a retorcerse en el suelo, yo sin movilidad en mis extremidades y con el ojo izquierdo al lado de mi pie derecho hago lo inevitable, lo piso dándole doble sufrimiento pero también doble salvación, en el corredor de mi patio Hans ya comenzaba a tomar forma humana, solo la lluvia de meteoros daba cuenta de su desnudo cuerpo y desfigurada cara sin ojos, de espaldas al suelo me dice -“Gracias, supongo”-, -“De nada”- le respondo, apenas termino mi oración él vuelve a interrumpir -“Te cedo mi estado al parecer”-, yo sin entender reparo en mi pierna izquierda, una herida muy profunda, atónito comprendo una vez mas la realidad e injusta verdad… -“Hans sin sus ojos jamás volverá a ser lo que fue, como yo con esta herida jamás volveré a ser lo que fui”.
He aquí mi inexplicable admiración, devoción y locura hacia la luna”.
Un simple mito con respecto a los lunáticos
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